No se puede pensar la minería de los próximos años sin tener en consideración la educación. Sobre este escenario ¿qué se puede ofrecer para una mejor formación de profesionales y técnicos? ¿De qué manera tiene que trabajar el sector académico para afrontar los retos del futuro? A continuación el testimonio Carlos Cuburu, Carolina Mazzieri y Marita Ahumada, quienes abordaron los desafíos, claves y oportunidades de la educación en la industria minera.
Repensar la minería del futuro: Deconstruyendo la minería
Por Lic. Carlos Cuburu – Instituto Superior Ing. Jacobacci (Río Negro)
El término “deconstruir”, animado por los pensadores posmodernos franceses, parece adecuarse especialmente a la actividad minera y a todos aquellos que intentan hacer comprender su lógica y razón de ser promoviendo la generación de riqueza en el sentido más amplio.
La riqueza del conocimiento, del aprendizaje permanente, de la capacitación y educación como un activo personal indelegable se administra en la posmodernidad bajo un formato, como diría Zigmunt Bauman, “liquido”, light, dionisiaco, todo es presente, y es ahora! La opinión, sin importar el fundamento, pero si el número, pesa más que el concepto estructurado anclado en la ciencia. El yo trasciende sostenido en la imagen, en lo efímero, en el consumismo y por ende en el mercado; la relevancia de la individualidad genera multiplicidad de verdades; y, desde ellas, la necesidad de transparencia y consensos, las ideologías, la razón y la ciencia pierden terreno ante los medios de comunicación masivos: el esfuerzo y la auto superación declinaron como objetivos para el logro y ambición personal, paradójicamente, se defiende el medio ambiente pero se idolatra el consumo. Contexto complejo y desafiante… para educar.
Sostenida en las tecnologías de impacto visual, conceptos breves, vínculo permanente y con una fuerte contención del alumno en lo emocional dentro de su contexto comunitario es posible enseñar minería posmoderna siempre y cuando prime un norte de inclusión laboral cercano, minimizando riesgos de licencias políticas y sociales; la creación de incertidumbres e incertezas espantan a millennials y centennials acorde a los tiempos que corren, está en la dirigencia política y educadores animarse a consensuar el cómo y formar una inteligencia colectiva del desarrollo deseable localmente y no alimentar la exclusión de si se debe o no hacer minería…pequeños lideres para ello se buscan! Hagámoslo desde una educación y capacitación técnica aplicada e inclusiva en búsqueda de la identidad minera que se necesita en tantos rincones de nuestra fantástica geografía. Deconstruyamos, veamos de otra manera un nuevo modelo mental desde el aprendizaje compartido es posible, la educación técnica minera posee herramientas hábiles que conjugan sustancia intelectual, emocional y valores humanos esenciales comprometidos con la minería sustentable.
Técnicos superiores en Minería: una oportunidad real para los jóvenes del NOA
Por Geol. Carolina Mazzieri – Tecnicatura Superior en Minería Campo Quijano (Salta)
El Técnico Superior en Minería se desempeña en estamentos intermedios de la Industria Minera, para lo cual debe contar con ciertos fundamentos teóricos, adquirir metodologías prácticas y criterios éticos que lo preparen adecuadamente para la toma de decisiones y el manejo de equipos de trabajo correspondientes a este nivel. Esto le permite insertarse en el medio social, económico y productivo con una base de conocimientos, competencias y valores éticos acordes a los requeridos en el ámbito minero.
En el caso de la Provincia de Salta, en el año 2013 abrió sus puertas la Tecnicatura Superior en Minería en Campo Quijano, el Portal de Los Andes, localidad de fuerte tradición minera. Surgió por iniciativa conjunta de empresas mineras, la Cámara de la Minería, la Secretaría de Minería, y el Ministerio de Educación de la Provincia, ante la necesidad de contar con capital humano capacitado para satisfacer la demanda de la Industria Minera, ante su inminente desarrollo en la región del NOA. El objetivo principal es proveer a la minería salteña de profesionales que satisfagan los altos estándares de calidad, seguridad laboral y ambiental, dotados del compromiso social y competencias técnicas y comunicacionales que requiere la Industria Minera Moderna. Un eslabón más de la importante cadena de valor y el indiscutible desarrollo regional que significa la Minería.
Todos los años se acercan a la Institución gran cantidad de jóvenes de toda la provincia e incluso de provincias vecinas, algunos motivados por la curiosidad, otros por las expectativas de insertarse en el prometedor mercado laboral que ofrece la minería. Afortunadamente, muchos de ellos logran exitosamente este objetivo: en la actualidad, alrededor del 50% de los egresados se encuentran desempeñándose en el sector minero de Salta y Jujuy, especialmente en la minería metalífera y del litio. Respecto a las mujeres, paulatinamente es mayor el número de técnicas que se incorporan al sector: cabe destacar que la mujer que decide estudiar minería, lo hace con una fuerte convicción, consciente de las dificultades que enfrentará: sin embargo, las técnicas, con su desempeño, demostraron que están a la altura de este gran desafío, a la par de sus compañeros varones, con quienes conforman excelentes equipos de trabajo.
Sabemos que desempeñarse en la Industria Minera no es fácil: es una actividad exigente física y emocionalmente, significa pasar largos períodos de tiempo alejados de familias y amigos, en sitios remotos, inhóspitos, con condiciones climáticas muchas veces adversas y hasta hostiles, cumpliendo con los rigurosos estándares que la caracterizan. Por todo ello, Ser Minero no es sólo un trabajo: es una elección de vida.
Repensar la minería del futuro: las claves de la educación
Por Mg. Marita Ahumada – INSUTEC (Mendoza)
La minería del futuro en nuestro país ya está siendo analizada desde diferentes ópticas que van desde la inclusión y diversidad, competitividad, integración y sostenibilidad ambiental hasta la institucionalidad y gobernanza de los recursos minerales. Todos estos aspectos tienen una base común: la educación. Por lo tanto, el logro de un cambio cultural que lleve a desarrollar una industria minera comprometida con el crecimiento de las comunidades y su desarrollo a largo plazo solo puede darse a partir del serio compromiso de formar a las personas en campos del conocimiento cada vez más amplios y especializados.
La visión conjunta de “educación y minería” como pilares de crecimiento social y económico nacional fue aportada por Sarmiento en el siglo XIX, y dos siglos después, aún nos encontramos con el desafío de llevar igualdad y equidad en materia educativa y de reducir las desigualdades en el desarrollo de las comunidades más postergadas.
Alcanzar una industria minera nacional más competitiva a nivel internacional que cuente con una participación ciudadana responsable necesita de individuos formados en aspectos técnicos básicos que incluyen lo ambiental, ético y social. Desde edades cada vez más tempranas deberíamos enseñar a los niños a cuidar nuestra “casa común” mediante el consumo responsable, la reducción de residuos y el desarrollo de tecnologías más eficientes. Madurar como sociedad requiere de individuos con conocimientos técnicos básicos brindados desde el nivel primario lo que les permitirá luego participar en mesas de diálogo y de toma de decisiones sobre “cuál es el modelo de desarrollo que desean” de acuerdo a las características naturales del ambiente en el que se encuentran.
La puesta en marcha de una mina requiere de mano de obra calificada, técnicos y profesionales de numerosas especialidades, por tanto es fundamental fortalecer todos los niveles educativos. Metalurgistas, contadores, viales, abogados, sociólogos, biólogos, administrativos, soldadores, electricistas, logísticos, mecánicos, psicólogos, cocineros, prevencionistas, choferes, perforistas, baqueanos, enfermeros, programadores, ambientalistas, comunicadores, periodistas y rescatistas tienen una oportunidad de crecimiento en minería. Las personas sin formación que pertenecen a las comunidades anfitrionas de los proyectos que se encuentran alejados de los grandes centros urbanos también tienen una oportunidad; por ello es importante consolidar las iniciativas técnico-profesionales privadas que puedan aportar las organizaciones de la sociedad civil. Argentina cuenta con escuelas de nivel medio, terciario, universitario y posgrados fuertemente comprometidos con la formación de mineros responsables que trabajen con el firme propósito de prevenir los impactos negativos y fortalecer los impactos positivos propios de la actividad.
Satisfacer las necesidades actuales claramente expresadas en los objetivos del desarrollo sostenible sin comprometer las necesidades de las futuras generaciones dependerá de cuánto nos acerquemos a la ciencia y técnica, lo que solo puede esperarse de una sociedad debidamente educada e informada.