Tanto el oro como la plata están comenzando a ganar estabilidad en paralelo a los mercados bursátiles. En este contexto, el oro ya ha recuperado más de US$35/oz, equivalentes a casi un 2,5% –situándose por encima de los US$1.500/oz-, y la plata ha ganado más del 5% -US$0,62/oz-, para cotizar en el orden de los US$13/oz.

A este momento, existen ciertas pistas de que los mercados bursátiles habrían comenzado a estabilizarse: los índices de las plazas bursátiles de EE.UU., el precio del barril de petróleo –con un fuerte aumento-, y los mercados de otros commodities han mostrado sólidas ganancias, presentando interesantes rebotes. Los analistas no dudan en afirmar que una buena jornada bursátil en este viernes podría ser un buen aliciente para una semana compleja de la cual ningún mercado estuvo libre de fuertes pérdidas.

Los mercados de acciones globales tuvieron un comportamiento díscolo, con la región asiática en descenso y Europa al alza. En este último caso, el Banco Central Europeo anunció que compraría un total de 750 millones de euros en acciones para agregar liquidez al sistema financiero del viejo continente. En una misma sintonía, el Banco de Inglaterra flexibilizó su política monetaria aún más. Luego del cierre de los mercados el día miércoles, la Reserva Federal sumó mayor liquidez a corto plazo al sistema financiero de EE.UU.; el gobierno de Donald Trump está trabajando en brindar un paquete de asistencia financiera tanto a personas como empresas de su país.

De este escenario de turbulencia, del cual todavía falta tiempo para consolidar un piso, estarían surgiendo los primeros signos de que los mercados estarían frenando su caída. Y en ese contexto, los metales preciosos podrían emerger con fuerza, atento a lo observado históricamente respecto a crisis políticas y económicas.