Las elecciones más importantes del planeta ya son historia y el presente cercano indica que Donald Trump asumirá como 45° Presidente de los EE.UU. en enero de 2017. De la mano de un discurso de campaña altamente combativo y fogoso, con propuestas económicas, sociales y políticas que sacudieron la opinión pública estadounidense y mundial, el empresario arribará a la Casa Blanca como el único presidente en la historia de EE.UU. sin experiencia política o militar.
Contra viento y marea Donald Trump no solo derrotó a la candidata demócrata Hillary Clinton, sino también a muchos rivales dentro de su fuerza política, el partido Republicano, quienes no miraban con buenos ojos la candidatura del magnate. Un ejemplo por excelencia de esta situación fue el reconocimiento del ex Presidente George W. Bush de no haber votado al vencedor de las elecciones del 8 de noviembre pasado. Por su parte, los medios de comunicación de EE.UU. mostraron abiertamente su beneplácito por la candidatura de Clinton y diecinueve premios Nobel de Economía se pronunciaron en contra de Trump y su plan económico. Así y todo,el rival de Hillary Clinton venció y sorprendió, a propios y extraños.
¿Trump cumplirá con sus promesas de campaña a rajatabla? ¿Qué política monetaria y fiscal ejecutará EE.UU.? ¿Cómo será la relación de EE.UU. con Rusia y China? ¿Qué se puede esperar de la delicada situación en Medio Oriente? A este preciso momento nadie puede dar respuesta a estas preguntas. El presidente electo no deja de ser un enigma, lo que incluye muy pocos funcionarios ya confirmados para su futuro gabinete.
Sobre este escenario se puede inferir que la geopolítica mundial podría sacudirse con el nuevo presidente de la principal economía y potencia militar planetaria. La historia mundial posee verdaderos puntos de inflexión en el último siglo, con ejemplos disruptivos como el involucramiento de EE.UU. en las dos guerras mundiales, el acercamiento estadounidense con la intención de apertura de China al mundo en 1972, y la caída del Muro de Berlín. A estos hechos que quedaron para siempre en las retinas de todos los ciudadanos del mundo se puede agregar el triunfo de Donald Trump.
En el plano netamente minero, y apenas conocida la victoria del candidato republicano, la onza de oro trepó hasta los US$1.340, lo que se tradujo en la mayor ganancia desde el Brexit, el referendo que determinó la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea. A pesar de ello, semanas después el oro se deslizó a la baja, a la espera de nuevas señales por parte de la Reserva Federal que indiquen un mantenimiento o modificación de los tipos de interés. Por su parte, la libra de cobre rompió el techo de los US$2,50, máximo valor en un año, en sintonía con los anuncios electorales de Donald Trump de generar multimillonarias inversiones en infraestructura con el objetivo de crear millones de nuevos puestos de trabajo.
En conclusión, la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca representa una gran sorpresa. Con un candidato dueño de un discurso frontal, se espera que algunos sectores puedan tener oportunidades de crecimiento en esta nueva geopolítica que comenzará a tejerse en los próximos meses. Los recursos naturales como minerales y metales pueden resultar altamente beneficiados. En el plano local Argentina tiene que estar altamente preparada para un jugar un rol estratégico en un nuevo orden mundial donde la industria minera puede consolidar su función de factor de desarrollo de las economías regionales.