Con mayores registros en el transcurso de las últimas 7 semanas como consecuencia de un dólar que pierde fuerza, el metal dorado recobra su rol de salvaguarda de valor, ya en las fronteras de los US$1.270/oz.
La tensión geopolítica entre los EE.UU. y Corea del Norte, en franca escalada, en combinación con las dudas respecto al futuro de la política monetaria de la principal economía del mundo son los grandes vectores detrás de la revalorización del oro. Los analistas indican que el próximo techo de resistencia se situará en los US$1.275, luego de que la onza se consolide en el rango de los US$1.265/US$1.270.
La medida del presidente de Rusia, Vladimir Putin, de expulsar a unos 750 diplomáticos de EE.UU. como consecuencia de las recientes sanciones ha servido para aumentar la posición del oro.
Desde el Commerzbank de Alemania, el analista Eugen Weinberg destacó: “La debilidad del dólar está impulsando al oro. No es solo frente al euro, sino frente a la mayoría de las principales monedas”. A ello agregó: “Las políticas de EE.UU. son una confusión, y las estadísticas de EE.UU. no son inspiradoras”.
Un mínimo de 13 meses del dólar frente a una canasta de monedas hace que el oro –nominado en dólares americanos- resulte más barato para los tenedores de otras monedas, lo que puede derivar en una mayor demanda.
¿Qué implicancias directas puede tener ello sobre la industria minera? El hecho de que el oro siga ganando terreno en forma sostenida, y con buenas perspectivas en el futuro cercano, será un gran catalizador para que los operadores mineros aceleren planes de expansión o de inversión en nuevos proyectos, así como activar la actividad exploratoria relacionada con el oro y la plata.
Argentina, uno de los principales países en cuanto al potencial aurífero, puede ser uno de los beneficiarios directos de este nuevo impulso del metal dorado. La puesta en valor de nuevos emprendimientos derivará en la transformación de economías regionales para un mejor bienestar y calidad de vida de sus habitantes.