El crecimiento sostenido de la cotización de los metales, observado desde comienzos de año, ha comenzado a sentar las bases de la recuperación del sector minero para el futuro cercano. Luego de la cotización récord de los minerales y metales experimentada a comienzos de la actual década, y del posterior período de baja como consecuencia de un exceso de oferta, los mercados comienzan a tomar un envión que alienta a los inversores. Muchos analistas consideraron que 2017 sería un año de transición, previo a un 2018 que mostraría una mayor demanda en la mayoría de los commodities mineros. En definitiva, un nuevo capítulo en la larga historia cíclica que caracteriza a nuestro sector.
La revalorización de los metales impacta directamente en los economics de los emprendimientos mineros en plena producción, así como en aquellos donde existe un recurso determinado. Los centros productivos pueden extender su vida útil de momento que el mineral considerado marginal en el período de baja se torna económico, pudiendo sumarse al plan de mina. Además, la mejora en la cotización de los metales favorece, de manera significativa, el avance de la actividad exploratoria.
En estricta sintonía a lo indicado previamente, los proyectos en desarrollo avanzado comienzan a recibir viento en popa. Esto implica que pueden acelerar sus pasos a efectos de que se tomen decisiones vitales respecto a su futuro. Y los emprendimientos situados en Argentina no son excepción. Sobre ello, y en menos de un mes, dos importantes anuncios confirman este cambio que comienza a consolidarse.
Por una parte, el inicio de la construcción del proyecto aurífero Lindero, localizado en la puna salteña. El directorio de Fortuna Silver tomó la decisión de avanzar con la construcción del proyecto que simboliza una nueva era en materia de minería metalífera en la provincia de Salta. Es preciso recordar que este emprendimiento fue descubierto a mediados de los ’90 por la entonces Mansfield Minerals, y avanzó en todas las etapas para llegar a esta realidad, gracias al arduo trabajo llevado a cabo por el equipo liderado por los licenciados Facundo Huidobro y Jorge Kesting.
A su vez, McEwen Mining Inc., operador del emprendimiento Los Azules, efectuó un anuncio que significa un punto de inflexión en la historia del gigante cuprífero situado en Calingasta, provincia de San Juan. La compañía canadiense publicó los resultados correspondientes al Estudio Económico Preliminar (PEA), con conclusiones por demás alentadoras. Con un costo de capital del orden de los US$2.300 millones, Los Azules podría procesar un promedio de 80.000 toneladas diarias de mineral –cifra que se elevaría a 120.000 toneladas diarias a partir del quinto año-, a lo largo de 36 años de vida útil, transformando a este centro en un emprendimiento de clase mundial.
El impacto en la cotización de los metales ha permitido el inicio de la revitalización de diferentes proyectos. Esta transformación de escenarios replicará en la contratación de personal, así como en la demanda de soluciones, bienes y servicios, ya sea de grandes proveedores o pequeños emprendedores. Al actual año de transición le seguirá un año donde la demanda supere la oferta, situación que podría extenderse por algunos años.
Es por ello que Argentina tiene que aprovechar las ventajas que otorgan una geología atractiva, marco legal favorable, desarrollo de recursos humanos y de proveedores para poder captar los beneficios de esta nueva era minera, situación que servirá para dinamizar las economías regionales con el consiguiente impacto en toda la cadena de valor.