El 7 de mayo se celebra la sanción de la primera ley de fomento de la industria minera, en el marco de la Asamblea General y Constituyente de 1813. Destacados próceres y líderes avizoraban que uno de los ejes transformadores sería la industria minera. Esta actividad, generadora de valor, ha sido el instrumento que permitió el cambio positivo de las comunidades de la Argentina profunda. Ya en el siglo XXI, la industria minera argentina se prepara para nuevos sucesos que permitan consolidarla como factor de desarrollo.
Argentina no había nacido como país, pero en sus albores ya se habían sentado las bases para dar sus primeros pasos en la industria minera. La sanción de la Primera Ley de Fomento en el marco de la Asamblea General y Constituyente llevada a cabo el 7 de mayo de 1813, que incluía a la minería como una actividad dinamizadora, habla a las claras de que el destino de Argentina ya estaba marcado. Un grupo de patriotas y visionarios interpretaron que el avance de toda Nación está ligado al progreso industrial, porque sin un desarrollo minero el futuro está hipotecado. En pleno Siglo XXI Argentina todavía no es un país minero, pero sí un país con minería, y ello conlleva un alto peso específico para las economías regionales.
A pesar de los límites científicos y tecnológicos existentes en 1813, ya había fuertes indicios de la riqueza del subsuelo. El transcurrir del tiempo, así como nuevos métodos y tecnologías, permitió identificar nuevas mineralizaciones. En ese momento los primeros prospectores comenzaron a trabajar con la tecnología existente para la época, alumbrando depósitos que se tradujeron en un desarrollo económico incipiente.
Los primeros vestigios mineros reconocidos en el Siglo XIX obligaban a su desarrollo con un marco normativo favorable. El crecimiento y sustentabilidad de un país se logra de mano del desarrollo industrial, porque son prácticamente nulos los casos de superación en el tiempo sin una industria que garantice el respaldo necesario, es por ello que la Minería es Madre de Industrias. Ejemplos rotundos por excelencia son los casos de Australia y Canadá. A pesar de las diferencias con Argentina, está fuera de discusión que el crecimiento de estas dos potencias económicas se debió –y aún se debe- en gran medida a la industria minera.
Aquellos visionarios de hace dos siglos entendieron que la minería podía ser uno de los motores del despegue económico. También es cierto reconocer la presencia de otros segmentos industriales, los cuales han hecho sentir su peso a lo largo del tiempo. La matriz agrícola-ganadera representa la mayor parte del Producto Bruto Interno de Argentina, potenciado por la cercanía de la pampa húmeda a Buenos Aires y su puerto, centro de toma de decisiones a nivel nacional.
El correr del tiempo acentuó la tendencia antes señalada, llevando a que la minería se redujera a pocos centros fabriles dispersos y lejanos, en algunos casos con producción esporádica. De esta manera, la minería comenzó a jugar un rol poco relevante si se lo compara con la visión de aquellos que sancionaron la primera Ley de Fomento. La industria minera caminaba a la deriva, algunos pequeños emprendedores seguían avanzando, sorteando adversidades, imponiendo el optimismo que impregna al minero, pero había una realidad ineludible. Y ello era que la minería en Argentina no era una prioridad, sus reclamos no tenían eco en los ámbitos de toma de decisiones. En resumen, la minería había quedado excluida a algunos rincones de la Argentina profunda.
El freno en el desarrollo de las poblaciones de las provincias cordilleranas está totalmente asociado al relegamiento de la minería. Esta situación derivó en pueblos rodeados por paisajes agrestes que impedían el desa-
rrollo sustentable de cualquier otra industria. El retraso de muchas provincias se debe a esta falta de incentivos para poner la riqueza del subsuelo en valor y no considerar que la minería es un avance no solo para las provincias sino para toda la Argentina.
En el marco de una visión obtusa, las sustancias mineras fueron dispuestas como “recursos estratégicos” para generaciones futuras. Una definición errónea de momento que la riqueza enterrada no posee ningún valor. Es por ello que una de las mejores herramientas para luchar contra las deficiencias estructurales es la minería, la madre de las industrias con un poder transformacional que no tiene comparación, situación que confluye en la creación de puestos de trabajo y prestadores de bienes y servicios, educación, salud, infraestructura, aporte a las arcas nacionales, provinciales y municipales, impacto en el comercio exterior, y fuerte impulsor del Producto Bruto Interno. Allí donde se desarrolla la minería se genera el progreso para todos los sectores industriales asociados en forma directa e indirecta.
Pero la transformación mundial que comenzó a fines del siglo pasado con la irrupción de países emergentes como China e India en búsqueda de materias primas mineras para satisfacer sus necesidades de desarrollo interno significó una ventana de oportunidad para Argentina. Con la sanción de la Ley 24.196 de Inversiones Mineras y sus complementarias nuestro país ingresó a la industria minera mundial.
La legislación señalada brinda el máximo valor para el inversor minero, aparte del potencial geológico. Se trata de la seguridad jurídica, que garantiza previsibilidad con un marco normativo inmodificable en el tiempo. Este paquete legislativo fue el imán para atraer capitales de diversos países, interesados en prospectar y analizar en profundidad lo que se conocía en forma preliminar. De una gran cantidad de proyectos que entraron en desarrollo, Bajo la Alumbrera representó el “Día D” de la Minería Argentina, al ser el primer proyecto de gran escala que iniciaba producción bajo el paraguas de la Ley 24.196 y sus complementarias.
Al gigante de cobre y oro localizado en Catamarca, hoy cercano al fin de su vida útil, le siguieron la entrada en producción de una amplia gama de proyectos en cuanto a mineralización y ubicación geográfica. La Puna Argentina (Pirquitas y ampliación Aguilar en materia metalífera, más Salar del Hombre Muerto y Olaroz en litio), la Región de Cuyo (Veladero, Gualcamayo, Casposo), y la Patagonia santacruceña (Cerro Vanguardia, Cerro Negro, Manantial Espejo, San José, Martha, Cap Oeste y Lomada de Leiva) son reflejos de la puesta en valor de la riqueza del subsuelo.
La cartera de depósitos es aún más grande con la suma de emprendimientos en diferentes fases de avance que avizoran un futuro más promisorio. En la Puna, Chinchillas, Lindero, Taca Taca y Cauchari-Olaroz iniciarán su construcción en el transcurso de 2017-2018. Esta región se ha transformado en un verdadero clúster de proyectos de litio, que ha servido para atraer a los principales jugadores asociados a este mineral y consolidar a nuestro país como uno de los líderes mundiales.
En diferentes puntos de Argentina se localiza una serie de proyectos que pueden llegar a convertir a nuestro país en una potencia cuprífera. Al nombrado Taca Taca hay que agregar los pórfidos del suroeste de San Juan –Pachón, Altar Río Cenicero y Los Azules-, el proyecto binacional Constelación (San Juan y III Región de Chile), y Agua Rica en las cercanías de Bajo la Alumbrera, con la gran posibilidad de beneficiarse de la estructura ya montada. También en materia metalífera, los proyectos Lama (San Juan) y Navidad (Chubut) están llamados a ser referentes globales en oro y plata, respectivamente. Con una riqueza geológica ampliamente ligada con los metales preciosos, en la Patagonia santacruceña existe una importante cantidad de emprendimientos, de los cuales Cerro Moro y Don Nicolás se encuentran en las últimas etapas previas al inicio de la producción.
Importantes vientos de cambio dijeron presente luego de la asunción del Presidente Ing. Mauricio Macri. La fuerte apuesta por una minería sustentable, a sabiendas del alto impacto económico que genera en las comunidades donde se asientan los proyectos mineros, derivó en una serie de decisiones trascendentales. Unificación del tipo de cambio, libre disponibilidad para girar utilidades, mayores facilidades para acceder a insumos, y eliminación de las retenciones a las exportaciones de productos mineros permitieron reestablecer un escenario de previsibilidad, tan vital para la industria minera.
La gestión minera nacional a cargo del Lic. Daniel Meilán, Secretario de Minería de la Nación, le ha otorgado suma importancia al federalismo. Para ello se revitalizaron las funciones del Consejo Federal de Minería –COFEMIN-, organismo donde se debaten y articulan políticas específicas para la actividad. El COFEMIN trabaja en forma conjunta con el COFEMA –Consejo Federal del Medio Ambiente- para que la temática ambiental sea debatida, otorgando respuestas a los requerimientos de las sociedades.
Se espera que en el transcurso de los próximos meses se firme el Nuevo Acuerdo Federal Minero entre el Presidente de la Nación y los Gobernadores de las provincias. Este acuerdo sentará las bases para consolidar la minería de las próximas décadas, a través del otorgamiento de seguridad jurídica para los inversores, cuidado y respeto por las personas y el medioambiente, inclusión ciudadana y un rol cada vez más comprometido de una industria llamada a ser factor de desarrollo.
La visión que tuvieron aquellos pioneros de 1813 no fue errónea. El subsuelo argentino ha mostrado con creces su potencial minero intrínseco, la cotización de los metales está comenzando a ganar posiciones y se recuperó la seguridad jurídica. Hoy es más preciso que nunca celebrar por una industria que es factor de desarrollo y crecimiento para las comunidades.
Testimonios
Lic. Daniel Meilán (Secretario de Minería de la Nación)
“Desde la Secretaria de Minería de la Nación extendemos nuestro compromiso por posicionar a la Argentina en un escenario protagónico dentro de un futuro que abrirá sus puertas al potencial nacional. Dirigentes y empresarios tenemos el desafío de promover una minería inclusiva que esté al alcance de la sociedad y sirva como punto de encuentro para proyectar nuestro devenir. El Estado está llamado a ser un buen coordinador entre las partes.”
Lic. Marcelo Álvarez (Presidente de CAEM)
“La celebración de un nuevo Día de la Minería es una excelente ocasión para analizar el recorrido de la industria a lo largo de los años. Es imposible separar la actividad minera de la realidad argentina y, específicamente, de lo humano; la vida de las comunidades que la cobijan y las personas que a diario la efectúan. Alineado a este factor, el sector siempre tuvo un gran compromiso. A pesar de los vaivenes económicos, de los esquemas impositivos y de la caída en los precios internacionales, la minería argentina mantuvo durante la última década un crecimiento en su tasa de empleo directo de un 3,4 por ciento con una remuneración en dólares creciente -11,5 por ciento-. Con trabajo hemos podido reponernos de escenarios desfavorables.”
“Más allá de lo ejecutado, lo más destacable es que es posible avanzar hacia un futuro promisorio. La industria posee un gran potencial para nuestro país. Acompañada por políticas y condiciones económicas favorables podrá transformarse en un pilar esencial para el progreso, incrementando su rol en la generación de empleo. Auguramos un crecimiento significativo sustentado en nuestros recursos y un sector empresarial comprometido a impulsar el desarrollo. Argentina necesita una industria minera sustentable, eficiente y competitiva. Hoy tenemos en nuestras manos todas las herramientas para lograrlo.”
Ing. Rodolfo Micone (Presidente del COFEMIN y Secretario de Estado de Minería de Catamarca)
“En el contexto de la celebración del Día de la Minería, podemos realizar un balance esperanzador acerca del recorrido realizado en el sector. En la Provincia de Catamarca hemos consolidado una política minera fehaciente, sostenida en el accionar diario y mediante una planificación responsable, con objetivos claros y definidos en función de un presente palpable que augura desarrollo para nuestras comunidades y un futuro certero.”
“Como presidente del COFEMIN, puedo afirmar que logramos consensuar políticas públicas entre el Estado Nacional y los gobiernos locales, teniendo como norte que son las provincias –dueñas de los recursos- las protagonistas de una nueva era minera.”
Lic. Facundo Huidobro (Pte. Cámara de la Minería de Salta)
“Un año ya desde aquel anuncio que hiciera la CAEM en el 2016, donde se pronosticaba la inversión de US$20.000 millones hacia el 2020. La impaciencia por comenzar a ver plasmado en hechos tangibles esta inversión generó la intranquilidad de muchos funcionarios y políticos ajenos a la actividad; y como consecuencia el descreimiento general sobre la industria. En la nebulosa sobrevuela un interrogante: ¿Está funcionando realmente el sector con la aplicación de nuevas políticas? A ojos externos, parecería que no. Pero la realidad es otra.”
“El gran andamiaje minero se mueve lentamente y en forma casi imperceptible a los ojos de un argentino acostumbrado a ver resultados en tiempos electorales. Mover ese gran engranaje incluye romper una inercia de años donde prevaleció el desaliento a la inversión a pesar del gran potencial que tiene la minería en el país. A su vez, significa también comenzar con la obligada etapa inicial de prospección y exploración. Es el primer paso para potenciar a la actividad en el futuro. Seguramente los resultados serán contundentes y podremos percibir que la Minería argentina comienza a crecer con buenos cimientos en un ambiente de estabilidad con visión a largo plazo. Feliz Día de la Minería Argentina.”
Lic. Danilo Silva – (Presidente de Cerro Cazador S.A. y Presidente de CAMICRUZ – Cámara Minera de Santa Cruz)
“El potencial minero de la Argentina es, por lo menos, equivalente al de Chile, con quien compartimos la Cordillera de los Andes. Es necesario que nuestro país atraiga el interés de inversores locales y extranjeros para explorar nuestra geografía y transformar los recursos naturales en riqueza genuina. Si hacemos nuestros deberes, con seguridad jurídica, estabilidad económica y políticas proyectadas para el mediano y largo plazo, Argentina logrará un norte definitivo en su destino. Cerro Cazador, en este marco, viene contribuyendo al desarrollo que la Argentina precisa. Este año hemos logrado poner en producción la Mina Martha, en Santa Cruz, exportando plata desde el pasado mes de marzo. En este día, saludamos a obreros, técnicos, profesionales, inversores y empresarios que hacen posible el desarrollo que la Argentina necesita.”